Mi manera de trabajar es ante todo conocer al paciente en su día a día, y para ello cuando llega a la consulta por primera vez, intento conseguir la máxima información posible sobre él y su entorno más cercano: su salud, su manera de vivir, sus horarios, sus obligaciones, sus actividades, etc.
Con toda esta información se traza una “hoja de ruta” a seguir, una dieta que le sea fácil de llevar y que rectifique sus malos hábitos o aquellos errores que tenga ya añadidos como algo normal a su rutina, incluso intentando controlar ansiedad o “picoteos” extras con técnicas como la Auriculoterapia.
Pasada una semana, el paciente regresa a la consulta y repasamos la dieta, aclaramos dudas y rectificamos lo que haya podido hacer mal; además, verificamos la pérdida de peso y, a partir de aquí, fijamos una visita de seguimiento cada 15 días para ir controlando que esté siguiendo las pautas correctamente, o bien podamos hacer los ajustes o cambios que sean necesarios.
Mi lema ante mis pacientes es: “yo trabajo para dar altas”, no para que se eternicen las visitas a mi consulta.