Los divertículos son pequeñas dilataciones de la pared intestinal, especialmente en el intestino grueso. El divertículo es, por lo tanto, una pequeña bolsa que sobresale externamente con respecto a la luz del órgano hueco en el que se encuentra.
Una de las principales causas de la aparición de divertículos es, sin duda, la presión en el intestino en el momento de evacuar. Una dieta baja en fibra, o también baja en grasa, pueden llevar a la formación de heces secas y duras, que requieren más fuerza para ser expulsadas.
Esta afectación es más común a partir de los 50 años, y parece tener relación con una dieta escasa en fibra.
Son patologías actualmente muy comunes y en las que la alimentación juega un papel fundamental, tanto en su tratamiento como en su prevención.
La mayoría de las personas con diverticulosis no tienen síntomas o éstos son escasos, y por lo tanto desconocen su existencia hasta que padecen una infección aguda o diverticulitis.
La diverticulitis y la diverticulosis pueden diagnosticarse con exámenes radiológicos, o con TC, con o sin contraste, o con exámenes endoscópicos como la sigmoidoscopia y la colonoscopia. El examen principal con el que se encuentran los divertículos es la colonoscopia, que ofrece una observación directa de la diverticulosis.
El tratamiento de la diverticulosis puede incluir una dieta rica en fibra con fruta, verdura y granos integrales. También una hidratación adecuada y alimentos ricos en probióticos como el yogurt, kombucha o kéfir contribuyen a obtener una mejoría.
El tratamiento de la diverticulitis, en cambio, requiere una terapia con antibióticos, ayuno y paliativos para aliviar el dolor. Los alimentos que pueden prevenir el empeoramiento de la diverticulitis son frutas y verduras, legumbres y cereales, preferiblemente enteros.
Se ha sugerido que si padecemos diverticulitis lo primordial será llevar una dieta estrictamente liquida, y que conforme vayamos mejorando la sintomatología podremos ir añadiendo alimentos bajos en fibra, evitando o al menos limitando la ingesta de semillas, nueces y maíz, que pueden asentarse en el divertículo, lo que aumenta la posibilidad de que se infecte. Las complicaciones de la diverticulosis y la diverticulitis incluyen sangrado rectal, infecciones abdominales y obstrucción del colon.
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