Comer tarde repercute en las bacterias de nuestro organismo, y eso puede provocar problemas metabólicos e intestinales, inflamaciones, una menor pérdida de peso si seguimos una dieta, e incluso obesidad.
Lo ideal es comer entre las 13:30 y las 14:00 horas, pero en España la comida principal se hace en muchas ocasiones a partir de las 15:00 horas.
Se ha demostrado que hay un ritmo diario en el microbiota. Eso quiere decir que la diversidad de las bacterias cambia a lo largo del día y de la noche.
Un cambio de ritmo que ha sido observado en un estudio, publicado en la revista científica The Faseb Journal. El estudio se centró en diez mujeres, de 22-23 años y de constitución delgada, que comieron lo mismo, pero una semana a las 14.00 y otra semana a las 17.30 horas.
El estudio concluyó que este diferente horario invierte completamente el patrón del ritmo de las bacterias y que, en sólo una semana, éstas se adaptaron en su composición, diversidad y abundancia en función de la hora de la comida, cambiando así su ritmo. Ese cambio en la hora de la comida de una semana a otra puede tener consecuencias fisiológicas diversas en las personas.
Los ritmos que se asocian a comer tarde son más obesogénicos, más inflamatorios. Esto podría explicar en parte por qué cuando las personas comen tarde pierden menos peso en un tratamiento dietético.
Lo ideal es comer entre las 13.30 y 14.00. La gran pregunta es si depende del tiempo de ayuno desde el desayuno. En general, se puede decir que comer después de las tres es muy tarde para una comida fuerte, y se ha visto que puede repercutir en problemas metabólicos y, sobre todo, en la pérdida de peso.
Así que hacer la comida antes de las tres y que está sea la de mayor ingesta calórica del día se convierte en la opción más saludable para nuestro organismo.