Lo primero que vamos a aclarar es qué se considera estreñimiento:
• Ir de vientre menos de dos veces por semana.
• Que las heces sean duras y en forma de bolitas.
• Tener sensación de no haber vaciado lo suficiente.
Sí, ya se que es un tema un poco escatológico, pero también de lo más importante. Así que, si esto nos ocurre sólo de vez en cuando, no nos debemos preocupar; pero si se ha convertido en algo crónico, tendremos un malestar continuo y un problema a resolver.
Normalmente el estreñimiento crónico ya se inicia en la infancia o en la adolescencia, y si perdura en el tiempo nos puede ocasionar diferentes problemas añadidos como serán las hemorroides, las fisuras anales, los divertículos o incluso puede llegar a desencadenar cáncer de colon.
¿Qué soluciones podemos tener?
Lo primero será mantener una actividad física correcta, ya que contra más quietos estemos, menos movimientos intestinales tendremos. Así que, si nos movemos habitualmente, mejoraremos. Además, se pueden hacer masajes abdominales o incluso gimnasia hipopresiva para ayudar a la movilidad de nuestro intestino.
Unido a lo anterior, siempre deberemos adoptar una postura correcta en el inodoro para facilitar el tránsito intestinal. Esta postura debe ser con los pies un poco elevados respecto al suelo.
Y, cómo no, con una alimentación adecuada:
1. Muy bueno para el estreñimiento es tomarse un vaso de agua tibia en ayunas cada día
2. Desayunar una pieza de fruta y un poco de pan integral
3. Evitar alimentos astringentes como el arroz, el plátano o el té
4. Aumentar el consumo de fibra, presente en alimentos integrales, peras, col y guisantes
5. Beber mucha agua durante el día
6. Aumentar los alimentos coleréticos como son las endibias, las espinacas, las alcachofas y las naranjas.
¡¡Ah!! Y, sobre todo, tened mucho cuidado con el uso de los laxantes, deberemos evitar su uso habitual ya que pueden acabar provocando una dependencia a nuestro intestino, y este aún se volverá más vago.