Debido en gran parte al desconocimiento sobre temas de nutrición, aparecen cada año o incluso cada temporada, dietas que nos prometen una pérdida de peso rápida, sin complicaciones, fáciles y muchas otras cosas más que lo único que persiguen es hacer negocio con los más incautos, o con los más predispuestos o necesitados de creer que se van a cumplir sus deseos, que suelen ser adelgazar, mejorar la salud o la gran mayoría, mejorar el aspecto físico.
Adelgazar es actualmente el objetivo perfecto para hacer negocio y por eso aparecen estas “dietas milagro”. Pero mucho cuidado, pues el mundo de la nutrición se está prestando -y yo diría que demasiado- a que determinadas personas y profesionales con poca ética prometan falsos resultados, de forma rápida, e incluso en ocasiones peligrosos.
¿Cómo las podemos diferenciar o distinguir de una dieta saludable?
Pues bien, en rasgos generales normalmente suelen prohibir alimentos, prometer resultados rápidos o incluso asombrosos sin ningún esfuerzo, afirmando que son completamente seguras, sin ningún riesgo para la salud. Pero si nos paramos a valorarlo, esto, la gran mayoría de veces no suele ser verdad.
Las podemos clasificar en tres tipos:
1.- Dietas hipocalóricas desequilibradas
2.- Dietas disociativas
3.- Dietas excluyentes
Dentro de estos tres tipos encontraremos muchas otras a las cuales les ponen nombres que aparentemente les dan credibilidad, pero siguen estando dentro de estos tres tipos.
Además, normalmente cumplen características comunes, como explicar un problema complejo de forma muy simple, proponer una solución milagrosa con grandes resultados, utilizar términos que aparentan ser científicos pero que no lo son en absoluto, o bien tirar por los suelos a la competencia con acusaciones falsas y utilizando testimonios falsos.
Creo que os he dado pistas suficientes para identificar esas “dietas milagro” que tanto daño nos hacen.
Tenemos que ser más conscientes de que, para adelgazar, siempre hay que cambiar los hábitos erróneos y no hacer experimentos con nuestra salud