Esta es una pregunta muy típica en mi consulta, porque la mayoría de personas tienen como problema principal, en su día a día, que empiezan con un desayuno más o menos correcto, luego al mediodía hacen una comida no demasiado bien hecha y, cuando llegan a casa por la tarde noche y se relajan, “atacan” la cena y se desbordan ante la comida.
Es cuando les apetece comer más de lo que deberían, e incluso toman alimentos que no resultan demasiado recomendables como cena.
Volviendo a la pregunta en cuestión, me gustaría resaltar que es debido a que algunas dietas nos han dejado la idea de que no debemos comer a última hora del día, ya que, según dicen, esta comida nos crea una tendencia a ganar peso.
Por supuesto, comer demasiada cantidad nos llevará a un exceso de peso, pero no sólo en la cena, sino en cualquier comida del día. Siempre, mi recomendación es “comer con moderación y en su justa medida”.
Pero lo que realmente puede influir en ganar peso es el desayuno, más que la cena.
Si desayunamos mal o poco, llegaremos con más hambre y menos rendimiento a la siguiente comida. Y si, por razones laborales o de otra índole -como ocurre a veces cuando ocupamos las horas del mediodía en otras actividades que de otra forma no podríamos hacer-, nos saltamos la comida o la hacemos demasiado ligera, llegaremos a la cena con muchísimo apetito y ansiedad.
Así pues, “tenemos que desayunar bien y comer correctamente”. De esta forma, conseguiremos llegar a la hora de cenar sin tanta sensación de hambre y tomaremos la cantidad de cena correcta.
Recordad, tenemos que cenar, por supuesto, pero no en exceso.
Lo importante es valorar a lo largo de la semana si estás comiendo más de lo que tu cuerpo gasta, lo que te llevará a ganar peso, o si gastas más de lo que comes, lo que te ayudará a perderlo.