A todos nos gusta estar o sentirnos jóvenes a pesar de los años, y no hay cosa más agradable que te digan que no aparentas los años que realmente tienes, que pareces más joven. Pero este “estar bien” o esta juventud está ligada a muchas más cosas de las que nos pensamos.
Una de ellas es la genética, ante la cual no podemos hacer nada porque nos viene de herencia. Pero sí podemos cuidarnos a nivel alimentario y de peso, ya que se está viendo que, si llevamos una vida saludable en todos los aspectos, nuestro proceso de envejecimiento se ralentiza o, lo que es lo mismo, envejecemos mejor.
Y otra, por supuesto, tomar alimentos antioxidantes. La presencia de antioxidantes en nuestra dieta nos ayuda a mantener la juventud por dentro y por fuera.
Nuestro cuerpo es capaz de generarlos, pero con el paso del tiempo solemos necesitar algo de ayuda.
Una dieta antioxidante se basará en:
• Tomar cinco raciones de vegetales por día. Además, estos vegetales deben ser siempre frescos, de calidad y crudos.
• Beber suficientes líquidos para poder reducir el exceso corporal de toxinas.
• Condimentar nuestras comidas con hierbas o especies.
Aquí os pongo un resumen de los alimentos más antioxidantes que podemos consumir habitualmente:
• Las zanahorias: sus betacarotenos se transforman en nuestra vitamina A, y nos ayudan a formar el colágeno de nuestras articulaciones, además de mantener nuestras mucosas y nuestra piel en buen estado.
• La uva y los arándanos: con gran contenido de antocianina y resveratrol, se dedican a reparar el daño celular.
• El limón: aporta un plus de vitamina C a nuestra salud, gran antioxidante.
• Las granadas, que también contienen antocianinas, son también unos antioxidantes super potentes.
Y no puede faltar nuestro “oro negro”, el chocolate. Rico en flavonoides, elimina los radicales libres de las células de nuestro organismo. Eso sí, siempre deberá contener una concentración de cacao lo más alta posible, y así conseguiremos que sea aún más antioxidante.
